La declaración de alquiler es un tema que genera dudas tanto en propietarios como en inquilinos cada año. Surge la pregunta de cuándo se puede aumentar el precio del alquiler y en qué medida. ¿Se puede incrementar anualmente? En este artículo resolvemos estas y otras muchas preguntas relacionadas con los ingresos y gastos en el alquiler.

Es importante tener en cuenta que las normativas fiscales pueden variar según la comunidad autónoma, por lo que los beneficios fiscales no son los mismos en todos los territorios.

En resumen, los propietarios de viviendas de alquiler deben declarar siempre los ingresos obtenidos por este arrendamiento durante el año anterior. Estos ingresos incluyen principalmente la renta mensual y cualquier pago adicional relacionado con la vivienda (servicios, suministros, etc.).

Ahora bien, como ya hemos aclarado, los propietarios también deben añadir los gastos relacionados con la vivienda. Esto les permitirá calcular el beneficio neto y tributar con él. Los principales gastos son:

  • Intereses de la hipoteca.
  • Seguro del hogar.
  • Impuestos del inmueble alquilado.
  • Reparaciones del inmueble alquilado.
  • Gastos de comunidad.
  • Dinero debido.
  • Amortización de mobiliario.

En caso de realizar mejoras energéticas en la vivienda, pueden aplicarse algunas deducciones adicionales.

Hay que tener a mano los contratos de alquiler y los recibos de los pagos para poder realizar la declaración de la renta.

Para calcular el IRPF, debe reflejarse el ingreso e identificar los gastos deducibles relacionados con la propiedad. Así se obtiene el rendimiento neto del arrendamiento, sobre el que puede aplicarse una deducción del 60% para los inmuebles de alquiler destinados a vivienda habitual. El resultado se unifica en la base imponible general del contribuyente, y el porcentaje que se paga a Hacienda por el alquiler depende de los demás ingresos de la persona.

Cabe recordar que declarar el alquiler es obligatorio y que no hacerlo puede suponer una sanción de hasta el 150% de los correspondientes impuestos.

En resumen, es importante conocer las normativas fiscales de cada comunidad autónoma y tener en cuenta los ingresos y gastos relacionados con el alquiler para realizar una declaración precisa y cumplir con las obligaciones fiscales.

Al momento de plantear un proyecto de arrendamiento es muy importante saber cómo implementar los ingresos adecuados para el alojamiento. Esto incide significativamente en hallar un inquilino para el inmueble en el tiempo establecido. Por ello, aquí te explicamos cómo tasar una vivienda, según los elementos que influyen en el precio de su alquiler.

¿Cuáles son los elementos que influyen en el precio del alquiler de una vivienda?

En el proceso para tasar una vivienda influyen diversos factores. Por eso, aquí mencionamos los más importantes a tener en cuenta al momento de establecer los montos a pagar por una vivienda en alquiler:

Analizar las características de la propiedad

Dimensiones, número de habitaciones, si incluye mobiliario y, además, si dispone de servicios comunitarios tales como piscina, garaje y otros.

Ubicación del inmueble

Disponibilidad o no de áreas para el esparcimiento, servicios existentes en áreas circunvecinas y calidad de las comunicaciones.

Oferta y demanda

Influye de acuerdo a la zona donde está ubicada la propiedad y se enfrenta a cuáles son los precios que han establecido otros propietarios.

Al momento de tasar una vivienda es primordial que el avalúo se haga en motivos objetivos, analizando cada uno de los aspectos de la propiedad. En definitiva, los factores subjetivos, personales, pueden influenciar negativamente en los resultados de gravar la propiedad.

Para lograr los mejores resultados, es recomendable confiar en la gestión de profesionales inmobiliarios. Para ello, puedes contar con los servicios que te ofrece Finques Trilla, que garantizan la manera más óptima de fijar los ingresos de tu alojamiento mediante un efectivo estudio de mercado y todas las gestiones necesarias.

Cuando hablamos del ITP, se trata de un impuesto que el inquilino de un piso o vivienda de alquiler debe pagar. Este impuesto es exclusivo para los alquileres y está regulado por el Real Decreto Legislativo 1/1993, concretamente en el artículo de alquiler de pisos (art. 7.1.B) y entró en vigor en el año 1993.

Otros tipos de arrendamientos no lo tienen que pagar porque ya pagan otros impuestos como el IVA. Leer más